Tucumán es altamente demandante de madera con diferentes fines; sin embargo no es una provincia forestal aún, por lo que se importa la mayor parte de la madera que se utiliza en carpinterías, construcción, postes, tarimas y envases en general, con una balanza comercial negativa es este rubro. Sin embargo, existen las condiciones agroecológicas propicias y políticas públicas de incentivos para revertir esta situación, opinó Ing. Ftal. Luis Fornes, investigador del INTA y vicepresidente de la Mesa para el Desarrollo Foresto Industrial de Tucumán (MeDeFIT) .
Fornes explicó que el recurso forestal nativo fue intensamente utilizado en forma selectiva en terrenos menos accesibles y eliminado en la llanura deprimida con el avance de la frontera agropecuaria, por lo que la restauración y el enriquecimiento del mismo es una tarea pendiente. "Sin embargo, el concepto actual de conservación está ligado directamente al uso sostenible de los recursos genéticos mediante sistemas de cultivo adecuados a cada situación, dado que se conserva lo que se valora", apuntó.
La forestación, como cualquier otro cultivo, genera una renta anual, "el crecimiento", con la diferencia de que este capital es acumulativo en el tiempo hasta alcanzar el turno de corta, el cual se puede diferir hasta el momento oportuno en el mercado. También es factible obtener ingresos intermedios en el ciclo de cultivo mediante las cortas de mejora o raleos. Así, el turno de corta y los raleos a efectuar varían según la especie, la calidad del sitio y el objetivo productivo, evaluó Fornes.
Precisó, además, que la forestación no solo ofrece productos derivados de la madera, sino que cada vez cobran más valor los servicios ambientales. Se considera a los bosques como un elemento estratégico en la mitigación de los efectos del cambio climático, en la generación de valor agregado en origen y es un aliado del turismo.
"La forestación presenta la ventaja de una mínima atención en el manejo del cultivo, además es compatible y complementaria a otras actividades, permite el uso integral del campo y mejorar el valor del inmueble. Es importante elegir correctamente el material genético para cada sitio, realizar en tiempo y forma las podas y raleos y tener muy presente el objetivo productivo o destino final a la hora de planificar el emprendimiento", consideró.
Al considerar el marco regulatorio del uso de la tierra (Ley Nº 26.331 de ordenamiento territorial de bosques), la Mesa para el Desarrollo Foresto Industrial de Tucumán visualiza dos grandes rubros que podrían diferenciar a Tucumán y al NOA, como bloque comercial: 1) producción de maderas nobles, para ocupar las "zonas amarillas" donde por ley no permite el desmonte pero sí la plantación de especies nativas de alto valor, y 2), bioenergía, destinada a la forestación de zonas marginales para la agricultura por salinidad y/o napa freática alta para obtener energía eléctrica de origen leñoso.
"En Tucumán disponemos de materiales de propagación mejorados y adaptados al NOA, y tecnologías de manejo adecuadas para cada situación", concluyó Fornes.
Fuente: La Gaceta